En la universidad que estudio, durante este período escolar se abrió un curso titulado "Traductología". Generalmente, esta materia se basa en la teoría de traducción desarrollada por Vázquez Ayora, sin embargo cada año un profesor toma las riendas del curso y lo desarrolla como un taller de interpretación.
Lo que yo designé como fase 1 constó de ejercicios básicos de memoria a corto plazo. La primera tarea era aprender nuestra clave de identificación, y en clase memorizamos 2 claves más para repetirlas en voz alta. En otra clase hicimos un semicírculo, y cada compañero decía el nombre de algún objeto de oficina. Luego, en orden repetimos cada objeto. A quien se le olvidara algún nombre era descalificado y su objeto no se mencionaba más. El reto aquí radicaba en recordar las cosas en orden y también era necesario saber cuándo se debía omitir algún objeto.
Posteriormente hicimos ejercicios como pequeños cuestionarios o trivias y también practicamos con el famoso juego de Android "Simon Says" el cual se basa en repetir un patrón de sonidos y colores. Para esta actividad nos organizamos en pequeños equipos y jugamos partidas por puntajes, así, quien llegara más lejos en el juego ganaba.
Quizá no parezca o suponga dificultad, pero un intérprete necesita una memoria entrenada; pues requiere realizar ciertos procesos mentales. Por ello el primer paso yace precisamente en fortalecer la memoria a corto plazo y así, de manera gradual, incrementar sus capacidades para recordar y así poder traducir.
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