Los textos de San
Jerónimo trajeron la perfecta cohesión entre las teorías de cicerón y
Horacio. Sin embargo, pese a todos estos
avances y cambios la traducción, especialmente, del Antiguo Testamento decayó. Esta carencia, decidía a los traductores medievales del griego al latín a
defender la necesidad de la traducción palabra por palabra.
El Rey Alfredo en el
año 890, indica que se debe traducir “a veces palabra por palabra, otras veces
sentido por sentido”, (Prefacio a la Traducción de Cura Pastoral), con lo cual
busca una excusa o defensa ante una traducción completamente ajena e inapropiada. Sin embargo, esta
perspectiva ofrecía más carencias que soluciones; como señala Santoyo, JC
(1987) “Una de las consecuencia de este traducir palabra por palabra atendiendo
sólo al contenido fue la proliferación de traducciones escritas en un estilo deteriorado
y un latín ilegible” y así resultaba una traducción decadente y un texto
difícil o incluso imposible de entender.
El Papa Inocencio III
en 1199 prohibió las versiones no autorizadas de la Biblia como una reacción
hereje y se inició la Escolástica; la cual era una disciplina que pretendía
interpretar las enseñanzas de la biblia basándose en la filosofía grecorromana. Sin embargo, otras
versiones de la Vulgata se crearon durante este periodo, así en 1395, John
Wycliffe realiza la primera versión de la Biblia en el idioma Inglés.
Mientras esto ocurría,
a mediados del siglo XII , los habitantes de la franja norte de la Península
Ibérica, cruzaron las fronteras físicas, pero el conocimiento cultural en ese momento estaba en posesión del Sur ,
por lo que apareció la escuela de traducción de Toledo. Esta escuela surge con
el propósito de trasladar a Europa la sabiduría de Oriente y -en especial- la
de los antiguos griegos y los árabes.
La Escuela de
Traductores de Toledo tuvo dos periodos. El primero fue el del arzobispo don
Raimundo que, en el siglo XII, impulsó la traducción de obras de filosofía y
religión del árabe al latín. Gracias a él se tradujeron libros de Aristóteles
comentados por filósofos árabes como Avicena y Alfarabí, de autores hispano-
judíos como Ibn Gabirol, y también se tradujeron el Corán y los Salmos del
Antiguo Testamento.
Tradicionalmente
Toledo era un centro de la cultura multilingüe y tenía importancia anterior
como un centro de aprendizaje y traducción. Esto permitió a la población de
habla árabe aprender acerca de muchas disciplinas clásicas antiguas que eran
generalmente inaccesibles en la Europa cristiana. Parte de la literatura
árabe también fue traducida al latín, hebreo y ladino, como la del filósofo
judío Moisés Maimónides, el sociólogo e historiador musulmán Ibn Jaldún, o del Persa Al-Khwarzimi .
Para el segundo
periodo los métodos de traducción habían evolucionado. En un primer momento, un
judío o cristiano conocedor del árabe traducía la obra original al romance
oralmente ante un experto del latín el cual iba redactando en esta lengua lo
que escuchaba. Más tarde, en la época de Alfonso X, los libros fueron
traducidos por un único traductor conocedor de varias lenguas.
La escuela de Toledo
trabajaba principalmente con textos grecolatinos y podemos destacar de entre
sus principales traductores a: Domingo Gundisalvo, Juan Hispalense, Roberto de
Retine y Herman el Dálmata.
- Santoyo, J.C. Teoría y crítica de la traducción: Antología. Barcelona: Cf, 1987.
- Baker, Mona. Routledge Encyclopedia of Translation Studies. New York: Taylor & Francis e-Library, 2001. Print.
- "La Escuela de Toledo | Sobre la traducción." Sobre la traducción. N.p., n.d. Web. 20 Aug. 2013. <http://translatoruy.wordpress.com/2009/07/17/la-escuela-de-toledo/>.
- Cantera Ortiz de Urbina, Jesús. "Antiguas versiones Bíblicas y Traducción."HEYRONIMUS 2 Oct. 2002: 60. Cervantes. Web. 25 Aug. 2013.
Autora: Ma. Monserrath Pérez
@MandiraNabula
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