El Renacimiento

A principios de esta época, y después del dominio de Sicilia por los normandos, se inició un flujo de traducciones con el objetivo de recuperar los textos griegos antiguos, especialmente de Platón y Aristóteles. Algunos poetas, como Alexander Pope y John Dryden se dieron a la tarea de elaborar traducciones de Homero y Virgilio respectivamente. 
Posteriormente, el alemán destacó en las traducciones gracias a su capacidad de adaptador, que consistía en “captación y adaptación” del texto a traducir. Poco después, aparece la primera traducción de la Biblia al alemán, elaborada por Martín Lutero en 1530, quien a su vez propone una traducción del sentido del texto clara y expresiva en alemán de las sagradas escrituras. También rechaza la latinización. Posteriormente se retoma el pensamiento clásico. 


Ya para 1532 Vives en Valencia, España distingue entre la traducciones en las que se atiende no más que el sentido, otras a la sola frase y dicción y un tercer género cuando la sustancia y las palabras mantienen su equilibrio y equivalencia. Cabe destacar la aparición de los cinco principios de la traducción elaborada por Étinne Dolet en 1540, quien aseguraba que “debemos traducir el sentido del tema”. Sin embargo este traductor fue acusado y quemado por blasfemia, dejando su trabajo inconcluso. 

En 1561 Fray Luis de León, en España, establece la diferencia entre trasladar  y declarar  “el que traslada ha de ser fiel y cabal y si fuese posible contar las palabras para no poner de más, el que declara juega con las palabras añadiendo o quitando o voluntad propia”. (La traducción literal y declaración del libro de los Cantares de Salomón).

Fuentes:


  • López carrillo, Rodrigo, Esperanza Martínez Dengra, and Pedro San Ginés Aguilar. Étinne Dolet o los cinco principios de la traducción. España: Universidad de Granada, 1998. Print.



Autora: Ma. Monserrath Pérez
@MandiraNabula
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