Durante este periodo, la traducción alcanza una mejora estética y es así como se elaboran herramientas como lo son el uso de las gramáticas comparadas y sobre todo los diccionarios. Además, pierde el perfil político que había adquirido en el siglo anterior y se convierte en una cuestión de belleza, estética literaria.
Podemos destacar por
ejemplo a Gilles Ménage, quien se refiere al estilo de traducción francés como
“las bellas infieles” pues ahora traducir consistía en realizar adaptaciones
lingüísticas.
Es así como para 1660,
Gaspar de Tende establece nuevas reglas (nueve en total) en las que se define a
la fidelidad al original igual que al embellecimiento de la lengua a la que se
dirigía la traducción. Muchos otros traductores defendieron posturas que
inclinaban a la traducción a un saber más perfeccionista y bello.
En el siguiente post entraremos a fondo en el tema de las "bellas infieles".
Fuentes:
- Baker, Mona. Routledge Encyclopedia of Translation Studies. New York: Taylor & Francis e-Library, 2001. Print.
- Santoyo, J.C. Teoría y crítica de la traducción: Antología. Barcelona: Cf, 1987.
Autora: Ma. Monserrath Pérez
@MandiraNabula
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