El día de hoy fue mi primera vez, sí, así es, mi primera traducción oficial. Me pasé horas sentada frente a la PC, buscando frases, ajustando vocabulario, corrigiendo ortografía y términos. Después de largas horas de investigación y redacción, pues se trataba de un proyecto sobre un software (y sinceramente no doy una con la tecnología); además de preguntarle a mi hermano-futuro licenciado en sistemas computacionales-miles de términos, finalmente terminé. Aquí es donde se torna la historia en un cúmulo de tragedia, frustración y ganas de llorar. Para empezar el programa con el trabajé fue Trados Studio, del cual lo único que entiendo es que se divide en dos la ventana y para mí, la razón por la que lo he usado en traducciones menores.
¿Cuál es la moraleja de la historia? Así es, hay que saber manejar los programas. A pesar de todo, y con mis horrores (digo, no tengo ni idea de cómo quedó esa traducción) me siento contenta por haber experimentado la presión de un traductor Freelance y de sentir esa desesperación que seguramente los embarga cada día.
Sólo espero que está primera experiencia me ayudé en el futuro, pero sobre todo, espero aprender de mis errores y seguir adelante. Desde hace tiempo decidí qué es lo que quiero hacer con mi vida; y no me rendiré ante nada ni nadie. Quiero, no,más que eso, seré una traductora profesional.
Autora: Ma. Monserrath Pérez
@MandiraNabula
Derechos reservados©
No hay comentarios.:
Publicar un comentario