Ojos...

He visto unos hermosos ojos que me han embelesado y caí atrapada ante un simple gesto, una sencilla mirada. ¿Qué puedo hacer ahora que no sé dónde más buscarte? ¿A quién debo rogarle para que al menos una vez más sea capaz de contemplar en silencio aquella nítida mirada? Aquellos ojos me rescataron sin querer, cuando mis más profundas cavilaciones ahogaban a mi alma en la melancolía, pero ahora que te busco para extender ante ti mi silenciosa gratitud ya no te puedo hallar.

Eres un sueño nada más, una sombra vacía que alienta a mi corazón para amarte, y así tratar de entender a la soledad como una compilación de almas que se extienden la mano la una a la otra. No eres más que una bella y cautivadora imagen, que tiende ante mi sus manos en ademán solidario, ¿quién puede ser capaz de ayudarme a cruzarme en tu camino otra vez? Sublime encanto destilas cada instante, sin embargo únicamente soy una simple mortal y no me queda más que alabar tu preciado recuerdo en secreto; rezando por que la coincidencia traiga a mí un hálito risueño.

 









Autora: Ma. Monserrath Pérez
@MandiraNabula
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