He visto unos hermosos
ojos que me han embelesado y caí atrapada ante un simple gesto, una sencilla
mirada. ¿Qué puedo hacer ahora que no sé dónde más buscarte? ¿A quién debo
rogarle para que al menos una vez más sea capaz de contemplar en silencio aquella
nítida mirada? Aquellos ojos me rescataron sin querer, cuando mis más profundas
cavilaciones ahogaban a mi alma en la melancolía, pero ahora que te busco para
extender ante ti mi silenciosa gratitud ya no te puedo hallar.
Eres un sueño nada
más, una sombra vacía que alienta a mi corazón para amarte, y así tratar de
entender a la soledad como una compilación de almas que se extienden la mano la
una a la otra. No eres más que una bella y cautivadora imagen, que tiende ante mi
sus manos en ademán solidario, ¿quién puede ser capaz de ayudarme a cruzarme en
tu camino otra vez? Sublime encanto destilas cada instante, sin embargo
únicamente soy una simple mortal y no me queda más que alabar tu preciado
recuerdo en secreto; rezando por que la coincidencia traiga a mí un hálito
risueño.
Autora: Ma. Monserrath
Pérez
@MandiraNabula
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